el chavo del ocho

El chavo una mala influencia

La serie original del chavo, además de carecer de buen gusto o un guión creativo fomentaba valores negativos entre su audiencia.

INTRODUCCIÓN
 

El Chavo del Ocho, nombre acortado del ’Manual práctico de adoctrinamiento masificado contra la opresión capitalista en México y América Latina’, es la ofensiva antiimperialista más exitosa del proceso revolucionario latinoamericano de los años setenta, protagonizada por su homónimo personaje titular interpretado por el supercomediante y supercamarada Chespirito, cuya expansión se llevó a cabo exitosamente en todas las regiones de la América oprimida, sobreponiéndose a las manipulaciones y maquinaciones de la CIA, del FBI y de KFC.

Narra el tortuoso pero productivo camino del proletario en su rebelión contra la autoridad opresora, y su constante lucha para lograr la igualdad de clases a través de la lucha armada y la reacción transformadora contra el orden establecido, a través de ladrillazos en la cabeza y pelotazos en la cara.




Que el chavo sea una genialidad es una consecuencia lógica pues su creador –Roberto Gómez Bolaños- es un genio. La historia de un humilde y desposeído niño mexicano, un chavo como tantos hay en aquel país y en toda América Latina conmovió a Ciudad de México y a la nación azteca en un inicio y a América y el mundo entero al final llegando a países tan exóticos y lejanos como Japón o Rusia.

La capacidad de Chespirito es reconocida incluso por un icono de la televisión de fines de siglo XX como Homero Simpson que tiene a “El Chapulín Colorado” entre sus programas de televisión favoritos. “El chavo del ocho es un fenómeno de masas dentro y fuera de la pantalla”


En los años 60’s el cine mexicano clásico empezaba a decaer por la ausencia de las grandes estrellas de antaño y sobre todo por el advenimiento de la televisión como sustituto del cine como forma masiva de entretenimiento popular.



En estas condiciones se buscan nuevas figuras pero esta vez para la televisión, medio en el cual los mexicanos quieren seguir manteniendo un dominio claro como forma de difusión de la cultura mexicana haciendo gala del clásico nacionalismo azteca. Esto, que parece poco importante para el tema a tratar, tal vez fue poco importante también para Gómez Bolaños, pero no para los directivos de Televisa que vieron pronto el potencial de la serie que tenían y explica –entre otras cosas- que hasta hoy se siga teniendo como un ídolo a Chespirito en México y que se le prefiriera antes que a Carlos Villagrán como ya se verá más adelante.


Es importante señalar que desde un inicio la idea de Chespirito fue hacer un programa dirigido a adultos pero con niños como protagonistas; sin embargo pronto adquirió público de toda raza, edad, sexo y condición social. Lo que aquí se pretende es exponer brevemente las características de los principales personajes y estimular el interés que vaya más allá del de un simple espectador en un programa de por sí estimulante. Surge de la asociación de una serie de ideas sueltas que buscan y encuentran de alguna forma un nexo que les pueda dar sentido y, en tal sentido, no están divididas de una forma rígida sino flexible; esta asociación de ideas en un principio no tiene consistencia pues nace del recuerdo de fragmentos y diálogos de los capítulos y por eso he decidido incluir tales diálogos en el texto. Y para el final he dejado una serie de curiosidades que nunca están demás. Dicho esto, pasemos ya a revisar algunas cosas sobre el “Chavo del Ocho”.

 
1. BREVE BIOGRAFÍA DE ROBERTO GÓMEZ BOLAÑOS.
 

Nació en el seno de una familia de clase media en la Ciudad de México el 21 de febrero de 1929. Desde chico sentía predilección por el dibujo y el arte en general mas por presión paterna tuvo que estudiar ingeniería, profesión que jamás llegó a ejercer. Antes de trabajar en televisión habías sido boxeador y futbolista aficionado.

Durante los 50’s trabaja como caricaturista y guionista llegando a ser reputado por estos oficios.

En los años 60 trabajaría por vez primera en televisión para el programa “Cómicos y Canciones” transmitido los sábados por la tarde. El sobrenombre “Chespirito” se lo puso el famoso director de cine mexicano Agustín Delgado, haciendo mención a su talento (comparándolo con Shakespeare) y a su baja estatura (poniéndole un diminutivo).


Su calidad de guionista fue en aumento al punto que el conocido Mario Moreno solicitó uno de sus guiones para una de sus últimas películas en 1966 pero los problemas surgidos con los empresarios por el aspecto económico frustraron los planes.

En 1968 llega su oportunidad para aparecer ante cámaras con programa propio con dos programas: “El ciudadano Gómez” y, más conocido, “Los supergenios de la mesa cuadrada”, en este último ya aparecían dos personajes que alcanzarían fama con posterioridad: El profesor Jirafales y el Doctor Chapatín, completando el trío el “ingeniebrio Ramón Valdez tirado al anís”.

El éxito de estos programas, que juntos sumaban 20 minutos más o menos, le hizo merecedor de un espacio mayor semanal en horario estelar (8p.m) con diferentes secuencias, así nacerían el Chapulín Colorado, el Doctor Chapatín, el Chavo del Ocho en 1970.


Habiendo conocido a Florinda Meza al incursionar en la televisión contrae matrimonio con ella. Del resto de actores hay uno que sobresale sobre el resto para Chespirito y ese es el gran Ramón Valdez (“el único actor que me ha matado de risa” diría alguna vez de él)





“El Chavo del 8” llegó a su fin, en su etapa dorada, con el célebre capítulo del viaje a Acapulco; un año más tarde llegaría a su fin igualmente “El Chapulín Colorado” donde el Chapulín agradece a todos por su apoyo y la posibilidad de ser un héroe (acompañado de Rubén Aguirre y Florinda Meza) * Tras esto Gómez Bolaños se dedica a explotar otros personajes como “Los Caquitos” y “Los Chifladitos”, no obstante intenta reflotar “El Chavo del ocho” a comienzos de los 80’s pero no tenía la frescura de antaño y sin Kiko ni Don Ramón el espacio no duró mucho, peor aun cuando estos reaparecieron en pantalla en 1984 con programa propio.


Paralelamente, Chespirito le dedica atención al teatro durante esta década. Sin embargo el personaje viviría hasta 1995. En los 90’s Gómez Bolaños recrea personajes para la televisión como “Los Caquitos”, los cuales son adaptados de una secuencia de escasos minutos a una serie de una hora de duración, dotados de espacio propio que les permite sostener diversos situaciones y para ello reunión a actores tradicionales como Rubén Aguirre, Edgar Vivar, Florinda Meza, Raúl “Chato” Padilla, María Antonieta de Las Nieves y Angelines Fernández con otros nuevos en el equipo logrando éxito entre 1990 y 1994 pero la muerte de Angelines Fernández (1994) y los problemas con María Antonieta de las Nieves frenarían el programa. Desde hace algún tiempo ya desarrollaba otro personaje, Vicente Chambón, un mediocre y entrometido pero bienintencionado periodista que trabaja para un periódico llamado “La Chicharra”, asimismo hace secuencias en las cuales el personaje central es él mismo, así lo vemos como mayordomo, funcionario público o como un sujeto cualquiera que busca cambiar aquello que cree que está mal.

* “Sin piñata no hay posada” (Sabiduría chavística)

Ya desde 1978 Chespirito y Carlos Villagrán sostenían una disputa por los derechos del personaje de “Kiko”, Villagrán dejó la vecindad llevándose al personaje y aun hasta hoy se mantiene tal diferencia, también por aquello hubo problemas con Ramón Valdez quién también decide marcharse.

En 1995 se reeditarían estos problemas pero en esta ocasión con María Antonieta de las Nieves aunque su origen se hallaba desde 1982. Una de las cosas que más se destacan en Chespirito es su recreación de hechos de la Historia Universal (“La historia no como fue, sino como pudo haber sido”) De esta manera, vemos la historia de Cristóbal Colón con Fernando de Aragón e Isabel la Católica, Leonardo da Vinci, Hitler y los nazis, Dalila y Sansón, Napoleón Bonaparte, Bufallo Bill, Marco Antonio y Cleopatra, Federico Chopin y, haciendo alusión a una época histórica, el Pirata Almanegra.

Además, grandes personajes mundiales de todos los tiempos y grandes clásicos como Romeo y Julieta, Cyrano de Bergerarc, el doctor Fausto, la representación de “Pygmalion” en un Londres decimonónico, Don Quijote de la Mancha, Gene Kelly bailando bajo la lluvia, Charles Chaplin y el Gordo y el Flaco (“al estilo del cine mudo”), Sigmund Freud, Blanca Nieves y los siete churin churin fun flays, Don Juan Tenorio, el Sastrecillo Valiente, Otelo, Salomón y la Reina de Saba, la Guerra de Secesión Norteamericana y Guillermo Tell. *Para muestra de ello, aquí unos diálogos:


Napoleón: “No me llames “Napo”
Josefina: “¡Ay!, pero ¿por qué?”
Napoleón: “Por que esas son intimidades que nadie tiene por que saber”
Josefina: “Pero tú me has dicho que conmigo se te quita lo león”

Marco Antonio: “Hola, soy Marco Antonio, general del ejercito romano. Vengo a buscar a una tal Cleopatra que me han dicho que trabaja aquí de reina” *

Chopin: “Sin embargo, Federico Chopin seguirá arrancando las notas más dulces de la música romántica (seguidamente toca el piano desafinadamente pues tose fuertemente)
Alumno: “Maestro, ¿cómo se llama eso?”
Chopin: “Tuberculosis”


Cyrano de Bergerarc: (Instruyendo a Christian sobre qué decir a Roxana) “Eres como la rosa del fondo de la cañada”
Christian de Nouvillet: “Eres como el arroz de la fonda de mi cuñada”

* “A los niños que dicen mentiras se les pone negra la boca” (Sabiduría chavística)

* “Matanga dijo la changa” (La chilindrina)

Dr. Fausto: “Margarita, mi corazón por ti late como burro sin mecate”
Margarita: “Pero, usted pudo haber sido mi abuelo”
Dr. Fausto: “Si, pero no me gustaba tu abuela”

Dr. Segismundo Frito: “¿Cuáles son tus síntomas?
Chapulín Colorado: “Es que me imagino cosas”
Dr. Segismundo Frito: “¿Qué clase de cosas?”
Chapulín Colorado: “Me imagino cosas que vuelan”
Dr. Segismundo Frito: “Esquizofrenia paranoide”
Chapulín Colorado: “Tú lo serás”
Dr. Segismundo Frito: “Psiconeurosis”
Chapulín Colorado: “Botellita de Jerez”


Pero hay más pues Chespirito hace viajar a sus personajes por todo el mundo, por exóticos países como Japón y Rusia. El Chapulín Colorado visita las antiguas ciudades aztecas, la tumba de Tutankamon e incluso viaja a Venus para rescatar a un grupo de astronautas extraviados. En 1992 estrena en México “11 y 12”, una obra teatral en la que es acompañado por Florinda Meza y que ha obtenido un record de permanencia pues se encuentra hasta hoy en un importante teatro de la Ciudad de México donde se ha convertido en toda un institución. En 1995 abandona su personaje más famoso: “El Chavo del Ocho” pero, a sugerencia de un empresario televisivo, publica “El diario del chavo del ocho” que es el único documento escrito que nos queda de este personaje.

En 1999 cumple 70 años de edad y es buena oportunidad para que Televisa la agasaje tomando como pretexto un partido de fútbol del América, el equipo favorito de Chespirito.

Acercándose el nuevo siglo y el nuevo milenio es normal que se haga el balance de lo bueno y malo durante el siglo XX,




2. PERSONAJES



2.1. Personajes principales.


“El Chavo del Ocho”.-
Es el personaje central de la serie. Es un niño de ocho años de edad que siempre viste de forma miserable y, a la vez, padece de hambre constantemente. Usualmente es protegido y orientado por Don Ramón. Su mejor amigo es Kiko y su comida favorita la torta de jamón. Es tenido por “menso” por los demás aunque en ocasiones de muestras de inusitada inteligencia y suele ser la cruz del Señor Barriga; pese a que es huérfano asegura tener padres sólo que no se los han presentado. Su llegada a la vecindad la hizo cuando tenía 4 años y fue accidentada ya que ocurrió mientras Don Ramón se disponía a tomar una fotografía a la Chilindrina y, como no podía ser de otra manera, el chavo lo primero que hizo fue interrumpir. Su llanto característico es “pi pi pi pi pi pi” que antes era simplemente abrir la boca en silencio y su polo a rayas era uno amarillo que le llegaba por encima del ombligo

* “El que da y quita con el diablo se desquita, se fatiga y debilita, su pellejo se marchita y su suegra resucita” (El chavo)

“Kiko”:


- Es hijo de Doña Florinda y bastante mimado pues es el niño “rico” de la vecindad. Su padre murió cuando era muy pequeño en un accidente de mar pues era marino y, como él mismo dice, ahora “descansa en pez” (este dato no está muy bien corroborado ya que en una oportunidad dice que terminó tragado por un tiburón y en otra por una ballena). Sufre de enuresis nocturna, presenta conductas ritualistas y pensamiento mágico, no sabe nadar e intenta ayudar al Profesor Jirafales a conquistar a su madre y se burla constantemente de sus demás vecinos llamándoles “chusma” y es el más tonto de los niños de la vecindad aunque ha aceptado su brutalidad y vive contento con ella y en los últimos tiempos se marcha a vivir con su madrina “la rica” porque es mejor para su educación. Tiene un marcado Complejo de Edipo no resuelto.

* “Huesito, huesito de chabacano” (Kiko)

Don Ramón: “Si tuviéramos que elegir al niño más bruto del mundo…”
Kiko: “Yo ¿qué?”
Don Ramón: “Ni modo, (refiriéndose a Kiko) Chavo te presento al campeón”
Kiko: “¡Yo soy el campeón!”
Don Ramón: “Y del mundo”
Kiko: “¿Y del mundo?”
Don Ramón: “Y de otras partes, mi hijo”
Kiko: “Kiko, Kiko ra, ra, ra” *

“La Chilindrina”.



- Es la hija de Don Ramón y la más lista de todos los niños de la vecindad. Obtiene su sobrenombre de un conocido pan mexicano que tiene por decorado granos espolvoreados que se asemejarían a las pecas de la protagonista. Intenta defender sin éxito a su padre de las agresiones de Doña Florinda y se aprovecha de la torpeza de los demás niños para gastarles bromas.
Es bastante irreverente y vive enamorada del chavo aunque no es correspondida en sus sentimientos pues aquel la ve sólo como a una hermana, como hija de su padre putativo, Don Ramón. De Personalidad histriónica. “



Don Ramón”.-



Don Ramón, el personaje más carismático (especialmente por esa pinta de barriobajero camorrista) que si siguiera actuando hoy en día sería demandado por la Asociación por la Protección del Menor, por la Agrupación Feministas con Fronteras y por alguna que otra fundación que no tenga otras cosas útiles que hacer y se dediquen a tocar los propecios. Ramón Valdés (la originalidad a la hora de seleccionar los nombres de los personajes es casi tan magistral como las poses y técnicas de Naruto) tuvo 3 esposas y 10 hijos, lo cual añade la Asociación Víctimas del Condón a la lista de denunciantes.
Se dice que la actitud de su personaje no distaba mucho de como era el propio Valdés, lo cual explica mucho. Especialmente el cáncer de pulmón que acabó con su vida en 1998 (no es de extrañar: diez hijos, una hija-jaqueca en la ficción y una soberana ostia por capítulo es para fumarse dos cajetillas diarias)


Es el padre de la chilindrina, natural de Chihuahua –al menos según el chavo del 8- y el inquilino más moroso de la vecindad pues debe 14 meses de renta al propietario del solar aunque siempre encuentra forma de pagar algo “con trabajo” como él dice. Es uno de los inquilinos más antiguos de la vecindad pues lleva alrededor de 15 años en ella (recuérdese el capítulo sobre el día de la amistad en el cual se queja que el chavo le está malogrando el piso ante Doña Clotilde “le juro que no hace ni 15 años que lo mandé pulir”) aunque no siempre vivió en el 72 pues antes lo hacía en el 14 y en lugar de su tradicional camiseta gris usaba una amarilla.



No tiene trabajo fijo –ni ganas de trabajar- aunque ha sido peluquero, barbero, globero, yesero, zapatero, boxeador, vendedor ambulante, representante artístico, etc. y se le vincula con lo delincuencial. Aquí unos diálogos:


Profesor Jirafales: “A ver Chilindrina, si tu papá gana 100 pesos al mes ¿cuánto ganará en un año?
Chilindrina: “Pues unos 4000 pesos”
Profesor Jirafales: “No, el año tiene 12 meses y si gana 100 pesos por cada uno entonces en un año ganará 1200 pesos. Pero claro que sabes tú de aritmética”

Chilindrina: “Y que sabe usted de las movidas de mi papá” Llega Don Ramón a la vecindad leyendo despreocupadamente el periódico sin fijarse en el camino y el chavo le vuela por los aires el diario con un yo-yo.

Don Ramón: “Tenía que ser el chavo del ocho. A ver, que tal si traía un jarrón que valía 50 mil pesos”
Chavo: “Ya estaría la policía tras de usted”

Don Ramón representa a un hombre que a pesar de todo puede ser un buen tipo aunque no siempre fiable ni siquiera para su protegido –el chavo del ocho (recuérdese como intenta aprovecharse de él deseando ser su empresario boxístico o con el incidente de las estampitas).

En los últimos capítulos se explica su ausencia diciendo que ha tenido que viajar a EE.UU. para trabajar dejando a la Chilindrina al cuidado de su “bizcabuela” pero vuelve en algunos años más siendo su regreso muy celebrado por varios de los personajes de la vecindad. Podría encajar en la perversión.


“Doña Florinda”.




- Es una mujer que vive quejándose de sus vecinos pues ella siente pertenecer a una clase social superior y considera chusma a la mayoría de personas de la vecindad, sobre todo de Don Ramón a quién abofetea de continuo, responsabilizándolo de los percances que sufre su hijo Kiko aunque el no es el culpable la mayor parte de veces. Vive enamorada platónicamente del Profesor Jirafales aunque nunca logran consolidar su amor. En un inicio vivía en el apartamento 72 con su hijo.

Doña Florinda es la madre de Quico y vive en el apartamento 14 de la vecindad. Es viuda pues sufrió la pérdida de su esposo marino cuando su hijo aún era muy pequeño. Es así que sola ha tenido que afrontar el mundo con un hijo a cuestas. Vive de la pensión del marido y su único objetivo en la vida es su hijo pues nos damos cuenta de la forma en que se ha descuidado como mujer a nivel personal y social. Sin embargo su vida da un giro el día en que conoce al galante profesor Jirafales. Es alli cuando ella empieza a dedicar una porción de su corazón a este nuevo pretendiende que ilumina todo su mundo cuando la va a visitar con un ramo de flores en la mano.

Doña  Florinda es una mujer arrogante, creída y de pésimo carácter. No posee sentido del humor y pasea siempre con la nariz hacia arriba frente a los vecinos. Para ella no es importante salir a la calle con ruleros pues se considera tan superior a los demás que lleva en su frente que "el hábito no hace al monje". Con trapos o sin ellos, ella será siempre la mejor. Con su hijo es lo contrario. Siempre pendiente de las necesidades de Quico, aun las más infimas, ella está alli para acudir a su ayuda. No se compadece de Don Ramón (a quien le ha repartido mas de 500 cachetadas) ni siente respeto algun por Doña Cleotilde. Denigra al Chavo y a la Chilindrina pues no los considera dignos compañeros de juego para su hijo.

De su familia, se sabe que tiene una hermana que es casada, ambos tienen una hija llamada Popis, quien a veces viene a vivir con ella y su primo. Es amable con los suyos y con los que considera de su nivel. El Sr. Barriga también se encuentra dentro del prototipo de "Señor" para ella, de ahi que lo respeta bastante y se torna de un trato suave para con él. Pero si hay alguien que es especial para ella, aparte de Quico, es como ya lo dijimos el Profesor Jirafales. Lo conoció cuando Quico empezó a ir a la escuela y desde alli sus corazones se flecharon. Es un amor de primera vista y para muchos, cursi. Pero asi lo prefiere ella, ser piropeada por alguien apuesto y protector. Ella secretamente sueña con casarse con él y hasta suele ser un poco más impulsiva con él, pero para mala suerte de ella, el profesor Jirafales es de tomar la relación más paciente y prudentemente. Asi, Doña  Florinda tendrá que esperar por unos años más y preparar unos cientos más de tacitas de café.

No se le conoce trabajo a Doña Florinda antes de su restaurante, al parecer la pensión era suficiente y mantenia su tiempo el criar a Quico. Pero desde que éste deja su hogar, se ve en la disyuntiva de realizar otra actividad y se decide finalmente por el negocio del arte culinario. Dueña y señora del Restaurante "Doña Florinda" (para otros simplemente la fonda) logra cierto éxito en su faceta de empresaria, pero en el fondo utiliza el negocio como una ocupación que esconde la pena que la embarga en su corazón: el no tener a su tesoro a su lado. Prueba de esa nostalgia es que su carácter empieza a cambiar y hasta le da trabajo al Chavo como ayudante, a sabiendas de los destrozos que podría encontrar en el camino. Asi es Doña Florinda una mujer que despierta coraje pero a la vez ternura pues evidencia todo el amor del que es capaz una madre, aunque ésta sobrepasa todos los límites. El personaje nos enseña mucho, y cada uno entiende por qué.




Personalidad sádica como ella misma lo reconoce:

Chilindrina: (Siguiendo instrucciones de su padre) “Pase, mi papá la está esperando”
Doña Florinda: “¡Ah masoquista, y yo sádica!”





2.2. Personajes secundarios.

“Doña Clotilde”. - Es una solterona madura de agrio carácter que vive en el apartamento 71, razón por la cual se ha ganado el apelativo de “bruja del 71” sobre todo por parte de los niños de la vecindad lo cual es un verdadero calvario para ella. Se pasa la vida enamorando a Don Ramón pero sin lograr éxito alguno aunque presume de una moralidad excesiva y entra rápidamente al comportamiento celotípico cuando percibe la presencia de alguna mujer que interese a Don Ramón, ejemplo de ello son sus enfrentamientos con Gloria –la vecina nueva que llega a la vecindad. Excesivamente reprimida aunque muy sensible en el fondo.

“Señor Barriga”.

- Es el dueño de la finca en la cual viven los demás personajes e intenta usualmente sin resultado que Don Ramón le abone algo del dinero que le debe; destaca por su prominente abdomen lo que le hace blanco de la burla de los niños y es el objetivo de los golpes del chavo aunque siempre es “sin querer queriendo” Está casado con una mujer con la cual no puede compartir mucho pues se dedica a los negocios por lo que viaja, generalmente a España y a veces acompañada por su hijo Ñoño quién ha heredado el volumen físico de su padre y como dirían Don Ramón y el chavo:


Don Ramón: “Tiene usted un corazón que no le cabe en el pecho, señor Barriga”
Chavo: “Por eso se le bajó al estómago”


“Profesor Jirafales”.

* “Me llamo longaniza y me apellido máistro” (Profesor Jirafales)

- Es el maestro de la escuela donde estudian los niños. Visita usualmente la vecindad en busca de Doña Florinda, momentos que aprovecha para aleccionar a los vecinos –especialmente a Don Ramón, del cual se burla a veces- sobre como tratar a los niños exhibiendo orgulloso su condición de maestro aunque no consigue mucho. Ejemplo:




* Profesor Jirafales: (Presentándose como una autoridad ante Don Ramón) “Yo soy pedagogo”
Don Ramón: “¡Y yo que culpa tengo!”


Doña Florinda: (Recibiendo emocionada el ramo de flores) “¡Ay profesor, son bellísimas!” Profesor Jirafales: “Si, pero yo hubiera querido traerle unas flores que vayan más de acuerdo con mi personalidad”
Doña Florinda “Violetas”
Profesor Jirafales: “No, maravillas”


Es un personaje ridículo aun en su manera de vestir y refleja al profesional mediocre que no puede lograr grandes cosas en la vida pero que presume de ellas. Personalidad narcisista aunque no tiene muchos motivos para serlo.

* “La gente buena ama a sus enemigos” (Sabiduría chavística)

2.3. Personajes accesorios.

“Ñoño”.
- Es el hijo del Señor Barriga y es el único que puede ganarle con regularidad en pelea al chavo usando únicamente su prominente estómago. Se lo pasa comiendo y a veces es el único que contesta acertadamente las preguntas del Profesor Jirafales en la escuela. En un aniversario del día de San Valentín llegó a declararse a Popis y a ser su enamorado.

“La Popis”.-
Es la sobrina de Doña Florinda y se supone que vive en el apartamento 44 de la vecindad y es muy tonta. En alguna oportunidad recibió la declaración amorosa de Godines pero su respuesta final no se conoce. Siempre carga con su muñeca Serafina a la cual trata como una verdadera hija y aconseja a cualquiera que se defienda acusándolo(a) con su mamá.

“Jaimito el cartero”.
- Aparece en pocos capítulos y es un reemplazo de Don Ramón siendo su verdadero nombre Jaime Garavito. No suele cumplir con su tarea la cual es entregar la correspondencia ya que “prefiere evitar la fatiga” y por momentos despierta el interés de Doña Clotilde. Siempre recuerda su pueblo natal llamado Tangamandapio y vive en el número 23.

“Godines”.-

Es un personaje "extraño" aun mas extraño que los otros personajes, mas que todo por que aparece muy poco y a que no suele comunicarse con los demás ni participar en la escuela. Representa a la persona que es antes que cualquier otra cosa, muchas veces en forma esquizofrenizante

Godines: (Juega a la suerte con una moneda durante un examen en la escuela)
Profesor Jirafales: “¿Qué estás haciendo?
Godines: Estoy echando las monedas para saber cual es la respuesta correcta del examen. Más adelante...
Godines: (Vuelve a echar las monedas ante el profesor)
Profesor Jirafales: “Y ahora ¿qué haces?”
Godines: “Estoy comprobando las respuestas”

Profesor Jirafales: “Por favor, tomen sus libros y pónganse a estudiar” Godines: “Pero porque si ya es la hora del recreo”
Toda la clase: Celebra y huye del salón.

Encontrarse con Godines podría ser algo parecido a encontrarse con el inconsciente.


*“Doña Nieves”.

- Es la abuela de Don Ramón y la “bizcabuela” de la Chilindrina existiendo entre ambas un cariño y una identificación muy grandes cosa que se explica porque son muy parecidas, ambas son histéricas. En los años de ausencia de Don Ramón toma la posta de este en el manejo de la casa y en su relación con la vecindad y como no podía ser de otra manera tampoco paga la renta al Señor Barriga. Su participación mientras Don Ramón se encuentra en la vecindad es mínima y de poca importancia.


3. RAZONES DEL ÉXITO.

3.1. Universalidad.

Se trata de una serie muy contextualizada pero que a la vez no lo es. Esto se debe a que, al ver por unos minutos la serie queda la clara sensación que es la realidad mexicana la que vemos lo cual responde a otros intereses como ya se ha visto. Ocurre simplemente que Chespirito tiene la capacidad para hacerlo sin ceder ante la huachafería y melodramatismo a los cuales es tan afecto el pueblo mexicano.

Dedicar todo un capítulo casi a la guerra de independencia mexicana, a nombrar continuamente a los animales autóctonos (guajolote, tecolote, chichicuilote) o recalcarnos que el “cuate” Calderón o Enrique Borja son dos grandes estrellas del fútbol mexicano son formas de vender un país, y eso sin contar con la avalancha de mexicanismos. Pero detrás de eso hay algo que los une con otros países latinoamericanos como el sentimiento ambivalente ante el sentimiento de independencia nacional, el gusto por el fútbol o el amoldamiento de un idioma a las necesidades de cada lugar. No obstante hay otras cosas que si bien son parte de la cotidianeidad mexicana también lo son en mayor o menor medida para otras sociedades como vivir en una vecindad con personajes tan disímiles pero que llegan a compartir y crear un “nosotros” muy especial, el tema de la religión (que aquí no es tan marcado como en otros productos mexicanos) o, de plano, el irrespeto a la autoridad para no hablar del lado patológico de cada personaje.


El factor tiempo, por el contrario no está muy bien definido en “El Chavo del 8” ya que pocas cosas nos hablan de la época, entre ellas están las alusiones a los mundiales de fútbol o la inserción de un breve segmento promocional de una campaña denominada “México 73”, o momentos como estos:

Don Ramón: “¿Y ese casco, Señor Barriga?”
Señor Barriga: “Protección personal”
Don Ramón: “¡Qué! Tiene miedo que le caiga el “Cocotex”(Su verdadero nombre es “Kohoutek” y es un cometa que sobrevoló cerca de la atmósfera terrestre en 1973.)

Señor Barriga: “Viviendo en esta vecindad el chavo del 8, sí”

Kiko: “Reintegro”
Chavo: “Cachetes de marrana flaca”
Kiko: “¡No! Que el billete tiene reintegro”
Chavo: “¡Como va a tener reintegro si solo tienen reintegro los que terminan en 4!”
Kiko: “Por eso, este es del 28 de enero de 1974”

Contribuye a esta descontextualización temporal el hecho que los personajes (sobre todo los centrales) presentan características que distinguen a las personas y que difícilmente cambian pues Gómez Bolaños no apuntaba a lo material sino a lo abstracto, a lo simbólico y justamente cuando todos se unen pueden formar una gran familia, un todo como un solo individuo con un esquema corporal completo pero no saludable sino simbiótico.


Por otro lado, su vigencia hasta hoy nos explica lo poco que realmente cambian las actitudes, las ideas, las percepciones, los sentimientos, en suma la persona a pesar delos viajes a la luna, autos último modelo, celulares o DVD’s y que cuando se dice que el mundo cambia vertiginosamente, es necesario precisar cual es ese mundo, el primer mundo claro está porque Latinoamérica poco o nada ha cambiado en los últimos 30 años. 3.2. Corrección. Tal y como dice Carlos Villagrán en una reciente entrevista: “Nosotros no teníamos necesidad de decir guarangadas (lisuras) o vestirnos como travestís para hacer reír”. Esto no representa sino un tremendo mérito para Chespirito y su gente quienes por 25 años han mantenido la misma línea trabajando en la televisión siendo que es más fácil hacer llorar que hacer reír más aun cuando el público objetivo es uno que gusta tanto del sufrimiento. Y es que para entretener Gómez Bolaños no sólo recurría a diálogos sino a gestos, situaciones, aspecto físico, etc para dar una agradable sensación, no siempre para hacer reír a carcajadas.


3.3. Uso del lenguaje.


Guarda estrecha relación con lo anterior ya que si se utiliza el lenguaje para entretener, se apela a una función superior del ser humano y que le es exclusiva con lo cual el autor demuestra su valía y ayuda a su público a crecer y desarrollarse a la vez que lo entretiene, ¡la combinación perfecta, nada menos! Mientras que aquel que obvia el lenguaje (travistiéndose, por ejemplo como única forma de expresión) o lo usa pobremente (diciendo groserías) ni demuestra capacidad ni ayuda al espectador. Es interesante ver como Chespirito puede introducir jergas, neologismos y nuevas formas de expresión sin ser chocante ni desacertado sino fino. Un ejemplo de esto mientras el Chavo y Kiko discuten sobre una revista del “Chapulín Colorado”.

Chavo: “A ver donde la consigues porque “El Chapulín Colorado” ya se agotó”
Kiko: “Es que hace mucho ejercicio”
Chavo: “No menso, no digo se agotó del verbo cansado, digo se agotó del verbo ya no hay”





VALORES NEGATIVOS

Vagancia: De los habitantes de la vecindad sólo 3 tienen trabajo formal(eventualmente 4) y obviamente no son los más populares. Por eso el héroe es el chavo: es tonto, vulgar, vago, sucio, desarrapado y violento; sin embargo suele salirse con la suya por medio de la maña y causando lástima...

Estupidez: El vocabulario total de todos los habitantes se reduce a una serie de gastadísimos clichés; en sí, la trama de los episodios no es más que una gran excusa para que cada personaje puedan decir al menos una vez sus patéticas líneas.

Miseria: El chavo, aunque tiene casa y mamá perfiere vivir en el barril y soñar eternamente una vil torta de jamón. Es común que el chavo haga cara de cachorrito cada que alguien le muestra cualquier clase de comida y hará lo que sea, aún robar con tal de obtenerla. Igual sucede con regalos o aún viajes, tiene que mendigarlos a otro habitante de la vecindad, pues su madre(que vive en el 8) es una desobligada que ni siquiera se ocupa por que su hijo se cambie la ropa una vez en su vida.

 

Violencia: Golpearse es rutina diaria en la vecindad y es lo más cercano al humor que podemos ver en esta serie. Un recurso cómico obligatorio en cada capítulo es el de que el chavo(vago, pobre, flojo y tonto con el que nos identificamos) golpea al señor barriga(adinerado, calvo, gordo y educado, al que envidiamos pero no nos queremos parecer)

.- Si creen que los asesinatos de Los Soprano o las somantas de palos de Chuck Norris es lo más violento que han en televisión, se equivocan. No hay un programa en toda la televisión en la que resuelvan más los conflictos con violencia como la exitosa serie cómica mexicana de El Chavo del Ocho.

Vulgaridad: Si algo sorprende es la total carencia de diálogo sensato en esta serie... sólo barrabasadas se pueden escuchar; al contrario de lo que se pueda pensar, no resultan divertidas, sino desagradables, quizá la única razón por la que esta serie es popular entre los adultos es por el morbo de sentir pena ajena de ver otros adultos lucir grotescos en papeles infantiles.

La irreverencia: Aprendemos de los personajes de "el chavo" a que a los adultos y aún a los demás hay que golpearlos constantemente, responderles con vulgaridades y aún una retahíla de frasecillas sin sentido o de plano estúpidas... haciéndonos creer que eso es divertido.

 

La morosidad: Una de las virtudes del mexicano es la morosidad, en esta serie se fomenta al infinito al ver al leucémico "Don Ramón" deber la renta por años al obeso señor barriga. De hecho está establecido en su himno(el cual suele tocarse en fiestas y quinceaños por igual) "es la vecindad del chavo, no pagar ningún centavo"

 

Podríamos hablar de las bajas pasiones de la anciana para con el cadavérico bigotón, o de la pereza crónica del decrépito y balbuceante cartero, de los sesos huecos de los asistentes a la escuelita o de la estupidez llana del "maiztro" o su extraña fijación con una abominable mujer... Pero sería demasiado, si hay una mala influencia en la televisión, no nos vayamos muy lejos señalando a la animación de los japos o las caricaturas gringas... todo este tiempo hemos tenido a una serie aún más perniciosa... el chavo del ocho...

 

 

A estas alturas suena extraño que hasta hace unos años se haya intentado vetar la serie so pretexto de ser una mala influencia para los niños ya que exalta la vagancia, la falta de respeto a los mayores y el hacer travesuras.

Quienes piensan así, solo ven la parte externa y superficial por lo que sacrifican –como suele suceder- lo más esencial. El chavo del ocho podría ser catalogado como un subnormal; sin embargo por momentos demuestra brillantez y otros valores como la sinceridad y asertividad para expresar su posición ante los adultos sin temor y la capacidad para sobrevivir en una sociedad que parece estar dispuesta a destruirlo, y no solo eso sino que lo hace siendo una buena persona que no busca vengarse del otro (“la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”) y que puede compartir sus mínimos recursos.